Lubina a la brasa

Receta ↓ Ángela Solar

Prepara una lubina a la brasa exquisita y deliciosa, ideal para tus reuniones veraniegas. Con su sabor ahumado, su piel crujiente y su carne jugosa, esta receta te dejará sin palabras.

Los imprescindibles para tu lubina

Para que te luzcas con una lubina que sea la envidia de tus comensales, toma nota de estos ingredientes imprescindibles.

• Consejo - ¿Mi recomendación? Elige una fresca, de esas que al mirarlas a los ojos, sabes que el mar aún les canta. Cuanto más fresca, mejor será el festín.
• Sal gruesa y pimienta negra - No escatimes en sazón. Una buena capa de sal gruesa y el golpeteo de la pimienta negra molida son el secreto para que cada bocado sea un homenaje al paladar.
• Aceite de oliva - Un chorro generoso de aceite de oliva virgen extra, ese que nunca falta en mi cocina, hará que la piel se tueste a la perfección y se despegue sin protestar de la parrilla.
• Hierbas aromáticas - El romero y el tomillo son mis fieles compañeros en esta danza de aromas. Pero siéntete libre de experimentar con otras hierbas; la lavanda, por ejemplo, puede ser una revelación.

¡Empecemos con la preparación de nuestra estrella! Recuerdo cuando mi abuela me enseñó a prepararla, ¡fue una experiencia inolvidable! Sigamos estos pasos para obtener una a la brasa perfecta.

1. Limpieza y secado de ella. Límpiala concienzudamente bajo el grifo, eliminando las escamas y las vísceras. Después, sécala bien con papel absorbente. Esto ayudará a que se dore uniformemente.

2. Salpimentado y aderezo con hierbas aromáticas. Espolvorea generosamente con sal gruesa y pimienta negra recién molida. No olvides el interior! Luego, coloca unas ramitas de romero y tomillo en la cavidad del pescado. Si te apetece experimentar, ¡prueba con otras hierbas!

¡Ahora que nuestra lubina está lista, vamos a encender la brasa para darle ese delicioso sabor ahumado!

Recuerdo cuando era niña y veía a mi padre encender la parrilla en nuestras reuniones familiares de verano. ¡Ese olor a carbón y a comida al aire libre era simplemente embriagador!

• Para encender la brasa de manera óptima, te recomiendo usar un encendedor de carbón ecológico. ¡Es mucho más rápido y respetuoso con el medio ambiente!

• Una vez que el carbón esté encendido, déjalo reposar unos minutos hasta que esté cubierto de una capa blanca. ¡Esto indica que está listo para cocinar!

• Prepara la parrilla para cocinar la lubina colocándola a una altura media sobre la brasa. Si tienes una parrilla con rejillas, ¡mejor aún! Esto ayudará a que se cocine uniformemente y evitará que se pegue.

¡Ahora que nuestra pesca está lista y la brasa caliente, es hora de cocinarla a la perfección! Recuerdo los veranos de mi infancia en la costa española, donde el aroma a pescado a la brasa era omnipresente. ¡Espero que esta receta te transporte a esos momentos de felicidad!

Para comenzar, coloca la lubina en la parrilla a una altura media sobre la brasa. Gracias a nuestra preparación previa, la lubina ya está lista para cocinarse. Pero recuerda, ¡la paciencia es clave para un resultado perfecto!

La lubina estará lista en unos 10-12 minutos. Un truco para saber si está lista es comprobar que la carne se desprenda fácilmente con un tenedor. Si es así, ¡está lista para disfrutar! Si prefieres que la piel esté más crujiente, puedes dejarla un par de minutos más en la parrilla.

¡Ahora que tu pescado a la brasa está listo, es hora de darle el toque final y presentarlo como se merece! Recuerdo cuando mi abuela me enseñó a preparar este plato; siempre lo presentaba de una forma tan bonita que parecía sacado de un restaurante. Aquí tienes algunas ideas para que tu plato luzca espectacular.

• Para presentarla, colócala en una fuente grande y decórala con hierbas frescas, rodajas de limón y un generoso chorrito de aceite de oliva virgen extra. ¡Quedará tan apetitosa que tus comensales no podrán resistirse!
• En cuanto a los acompañamientos, tienes muchas opciones deliciosas. Personalmente, me encanta acompañarla con patatas asadas al romero, unas verduras de temporada a la plancha o una ensalada fresca de tomate y rúcula. Pero no te limites a estas sugerencias; ¡sé creativo y elige tus guarniciones favoritas!