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Limpieza y mantenimiento de la barbacoa

Limpieza y mantenimiento de la barbacoa

Hay un dicho popular que dice que cuanto más grasa y brasas hay acumuladas en la parrilla, más sabor y contundencia tendrá la carne, pero nada más lejos de la verdad.
En cualquier restaurante con barbacoa que se precie, no verás grasa rancia acumulada alrededor ya que la grasa, cuando se quema, genera mucho humo que puede echar a perder la comida.

Después de haber utilizado la barbacoa hay que limpiarla a fondo, para que en la próxima ocasión pueda funcionar perfectamente. Lo mismo ocurre con los ahumadores, han de limpiarse para evitar malos olores. Una parrilla limpia es una buena parrilla.
Si no limpiamos el ahumado correctamente, cuando lo volvamos a utilizar al año siguiente, puede estar lleno completamente de una pelusa blanca, moho.

Antes de empezar a limpiarla, hay que leer el manual de instrucciones para ver que parte o partes se pueden desmontar y cuales son fijas o no deberíamos tocar.

Limpieza de las parrillas. La grasa de los alimentos y los aceites se enrancian, sobre todo con calor, y esa grasa rancia acumulada en las rejillas puede traspasar malos sabores a la comida. Por eso es muy importante que las rejillas estén bien limpias.

También se recomienda en muchos sitios cubrir la parrilla y los quemadores con papel de aluminio ya que el calor reflejado carbonizará toda la suciedad. Todo eso es falso, esa cobertura puede dirigir el aire caliente hacia otros orificios, pudiendo derretir piezas de plástico, deformando el metal o quebrando la cerámica.

Los agrietamientos en los laterales y en la tapa los producen el hollín y los subproductos de la combustión, y estas pequeñas piezas pueden caer a la comida. Esto también puede reducir la reflectividad, y por tanto, el calor.
Cuando el metal comienza a agrietarse, hay que rasparlo con una espátula y eliminarlo.

Hay que equiparse con varias herramientas de limpieza como una espátula, un cubo, unos guantes, un cepillo de alambre, varias esponjas y, a ser posible, la manguera del jardín.
Un limpiador suave es el más seguro de los limpiadores químicos ya que no tiene residuos nocivos.

Si nuestra barbacoa tienen un termómetro incorporado, tenemos que limpiar la sonda y no mojar con agua la pantalla digital. También la sonda del termostato para poder leerla correctamente y no hacer suposiciones.

Para la limpieza de las barbacoas de gas hay que apagar el suministro del gas y cerrar las válvulas. Si vamos a utilizar agua, hay que retirar las partes eléctricas o cubrirlas con un plástico.
Quita y limpia los quemadores y los orificios por donde salen las llamas.
Se deben inspeccionar los tubos y las mangueras por donde pasa el gas para asegurarnos de que no hay obstrucciones.

Limpia la ceniza. Las cenizas de las brasas, mantienen la humedad y pueden corroer el metal. Por eso tenemos que retirarlas por completo cuando estén frías (nunca calientes) y depositarlas en una taza de metal.

Las chimeneas de encendido tienen que permanecer sin mojarse ya que tienen partes eléctricas y las pastillas de encendido se pueden descomponer si se mojan. Las podemos limpiar con una aspiradora o un trapo seco.

Es importante limpiar todas las piezas de metal que tengan restos de grasa y de carbón, frotando enérgicamente con un estropajo, porque puede reducir el calor que se proporciona en la cocción.

Ciertos modelos de barbacoas tienen una bandeja que recolecta la grasa caída. Una vez finalizado el proceso de cocción, hay que retirar esa bandeja y limpiarla a conciencia. Si no lo hacemos y lo dejamos así, se puede desbordar la próxima vez.

Se suelen colocar briquetas de cerámica o piedras volcánicas encima de los quemadores para evitar que la grasa caiga directamente y se formen llama, pero hay que estar pendiente de ellos y reemplazarlos o girarlos cuando sea necesario.

Se puede pulir el metal del exterior para que brille, pero nunca con espartos agresivos, lanas de acero o cepillos metálicos. Usa una esponja suave con agua tibia y jabón neutro. Para las manchas difíciles utiliza vinagre.
También venden productos de limpieza para el acero en las ferreterías que lustra la pieza.